Sí, la fómula de la Coca Cola ya está inventada. ¿Y ahora qué? Resignarse porque todo ya ha sido creado implica que la creatividad no está al alcance de todas las personas, desde luego no de unx mismo; quizá solo de aquellas privilegiadas con una mente lúcida, una forma de ser extravagante o un talento artístico.
Vale, la Coca Cola ya ha sido inventada. Pero eso no quiere decir que el negocio de las bebidas esté sentenciado. ¿El motivo? Alguien pensó que en vez de ir al supermercado a comprar las latas y botellas de bebidas refrescantes, podía ser más cómodo disponer en casa de un aparato con el que mezclar agua de grifo con sirope de varios sabores, convertida el agua previamente en gaseosa a través de un dispositivo incluido en el aparato. Es decir, montarte en tu propia casa una mini fábrica de bebidas de cola, limón, etc. Y si encima es a un precio (a la larga) más económico, ¿para qué ir a buscarlo al supermercado?
La idea ya tiene nombre de marca, se llama Sodastream, es de una empresa israelí y ha puesto en jaque a las compañías que hasta ahora mantenían el control del mercado de bebidas gaseosas. Está la cuestión del precio, que acaba saliendo más barato, también que los sabores, dicen, son similares, pero lo que más resalta la nueva empresa de su producto es que permite ahorrar enormes cantidades de residuos: según la propia firma, cada año más de 300.000 millones de botellas de plástico no son recicladas en todo el planeta. Y con Sodastream esa basura se evita.
También está el ahorro en el consumo de agua: Sodastream sostiene que para producir una botella de Coca Cola, esta firma necesita cuatro veces más cantidad de agua de la que luego contendrá el producto a la venta. Coca Cola sostiene que en sus fábricas de España tira «solo» 1,20 litros por cada litro de bebida que pone a la venta, según datos de 2009. Claro que en la India la cantidad es mayor, de hasta cuatro litros por cada litro producido (aquí los detalles).
En conclusión, la nueva empresa de bebidas aprovecha su mayor respeto al medioambiente para abrirse espacio entre lxs consumidorxs de este tipo de productos. Y les va bien. Eso sí: su fábrica está construida en territorios palestinos ocupados ilegalmente por israelíes en Cisjordania, y eso despierta otro tipo de reservas.
Dormidxs o creativxs
Así que si a Coca Cola le tiemblan las piernas, eso es una buena señal: ¡no todo está inventado! Hay terreno para desplegar la creatividad. Pero, ¿qué es la creatividad? Julia Cameron, una de las escritoras, formadoras y artistas que más ha difundido el impulso creativo como elemento transformador (tanto para el día a día como para los grandes cambios en la vida), define la creatividad no como el rendimiento o la búsqueda de un resultado, sino como una parte intrínseca de quienes somos.
La mera expresión de quien tú eres es un acto creativo, cuando esa expresión es un acto de transparencia, de libertad, de honestidad. Como todo, no se trata de blanco o negro, ni de es creativo o no lo es, sino que es más o menos creativo. Y la creatividad, aquí viene lo bueno, se puede cultivar en tanto en cuanto cultivas la conexión contigo mismx.
Lo he dicho en varias ocasiones e insisto: los procesos terapéuticos conllevan cambios creativos, y viceversa, los actos creativos aportan beneficios terapéuticos. Es saludable dar permiso a que nuestra forma de ser tenga su libre expresión. En ese acto, la creatividad empieza a desenvolverse, iniciando una misión de rescate de los aspectos genuinos, en busca del contacto con la necesidad y, sobre todo, con el Deseo.
Si vivimos en una época en la que la creatividad parece aletargada en algunos ámbitos (el político, sin ir más lejos), no es porque ya se haya creado todo, sino porque estamos desconectadxs de nosotrxs mismxs, estamos dormidxs, anestesiadxs, y así no podemos estar en contacto con nuestro deseo, la brújula de la prosperidad. Ojo, el deseo no reducido a su aspecto libidinoso, sino en el sentido amplio, que toma una fórmula concreta en cada persona (deseo de silencio, deseo de reír, deseo de naturaleza, deseo de descansar, deseo de viajar, deseo de amar…). Estar en contacto contigo es estar despiertx, y estar despiertx es abrirte a tu creatividad.
Qué dice la neurociencia
En el ámbito científico y empresarial, se están realizando numerosas investigaciones al respecto, bajo la búsqueda de las personas «emprendedoras» que hagan triunfar un negocio. Según cuenta la coach ejecutiva, consultora y escritora Marta Romo en este artículo, no es verdad que se nazca con un cerebro emprendedor, sino que la plasticidad de las neuronas permite establecer nuevas conexiones, nuevas capacidades cuando llegamos a la etapa adulta.
Romo destaca que «todo empieza con un sueño». El asunto es que, para muchas personas, soñar es un reto. Demasiadas limitaciones y reprimendas, o pocas pero muy intensas, en la biografía de la persona son suficientes para que la lámpara de los deseos permanezca cerrada a cal y canto en nuestro interior.
Lo veo constantemente en los talleres de creatividad que facilito a través de la escritura y otras vías de expresión artística: personas que dicen «yo no soy creativx», que no aprecian las creaciones que les salen de dentro, que piensan que lo suyo es «normal» porque la creatividad solo está en Marte y es exclusiva de lxs marcianxs. Y la realidad es que cuando estas personas comparten sus textos, el resto del grupo se queda sorprendido, fascinado, agradecido con las obras que han sido capaces de alumbrar.
¡Claro que hay creatividad en cada unx! Casi todx niñx la tiene, la muestra, la juega. El reto es escavar hasta nuestra creatividad y dejarnos afectar por las heridas que hicieron quienes se rieron o criticaron nuestra creatividad. Porque nosotrxs fuimos niñxs, niñxs creativxs. Lo que ocurrió para que enterrásemos nuestra lámpara de los deseos es lo doloroso. Y para tocar la creatividad, hay que estar dispuestx a sanar la herida, y a que duela.
Y ocurre que la gente que empieza a redescubrir su creatividad, empieza a resolver «los problemas» que afronta en su momento presente. Los puede encauzar de otra manera. Hace una nueva obra con su vida de forma artesanal, con «sus manos», pudiendo así apagar la cadena de montaje que le había llevado a repetir una y otra vez lo mismo a lo largo de la vida.
Visión creativa
Sí, todo empieza con un sueño. Y con visualizarlo. Sigue Marta Romo:
«Trabajar con la visión sitúa al cerebro en simulación experimental. Como no distinguimos entre realidad o ficción, lo que hemos visto en nuestra mente nos prepara para afrontar la situación real, porque es como si ya lo hubiéramos vivido».
Esta premisa es compartida en muchos ámbitos. Las neuronas espejo reaccionan igual ante un estornudo propio, que el de otra persona que está delante, que el de un personaje en la pantalla de cine. Están implicadas en el proceso de la empatía, y por eso nos pueden ayudar a empatizar con nuestros proyectos. Su naturaleza se puede aprovechar visualizando nuestro sueño, dándole la forma más precisa posible para así estar más dispuestxs a que se haga realidad. Lucia Capacchione, arteterapeuta, tiene gran experiencia en el beneficio de esta técnica que ella llama Visioning (y que yo traduzco como visión creativa). Es más fácil que un proyecto se haga realidad si lo visualizas previamente. ¿Y si no soy capaz de visualizar el sueño de mi momento actual? Entonces necesitas este taller ;-).
El musicólogo, director de cine y escritor Robert Fritz insiste en que sólo si definimos los sueños y proyectos, es posible beneficiarnos de la «tensión estructural», que es como él bautiza al impulso que nos va a movilizar desde el punto en el que estamos hasta el punto al que deseamos llegar. Fritz rechaza que el subconsciente no diferencie entre lo real y lo soñado (pese a que la neurociencia apunta en otro sentido respecto a las investigaciones sobre las neuronas espejo). ¿Entonces qué sostiene Fritz? Habla de la tensión como el arco de una flecha. Si sostenemos la tensión entre lo que hay en la realidad y lo que deseamos ver hecho realidad, esa tensión servirá de motor hasta el destino.
¿De qué manera? A través de trabajar duro, de las causalidades, nuevas ideas, la energía que propicia el poner la energía en un proyecto que ilusiona… Robert Fritz reniega de la filosofía new age; él se basa en la tradición de las artes y las ciencias: la naturaleza (y las artes con ella) tiende hacia el camino de menor resistencia (que da título a su libro ‘The path of least resistance’). Pero para generar esa tensión entre la realidad y lo que deseamos, volvemos al punto anterior, necesitamos visualizar el destino, es esencial darnos el permiso de soñar, de formular nuestro deseo.
El valor de tu semilla
En tiempos de crisis es imprescindible ejercitar la creatividad para no depender exclusivamente de las circunstancias. Aún hay espacios por explorar, territorios que ahora se abren ante una sociedad más concienciada de la variedad de necesidades y gustos que albergamos, que nos ponen en contacto con nuestra naturaleza humana y con nuestra humana naturaleza.
Por ejemplo, hace un par de semanas tuve conocimiento de una nueva propuesta para organizar «celebraciones de la vida», actos que un equipo te ayuda a diseñar y preparar para poder despedir a un ser querido que ha muerto. El proyecto se llama Celébrame. Justo ahora que estamos en vísperas de la celebración de lxs muertxs, es una idea estupenda poder empezar a introducir en España otra cultura del duelo, una que dé espacio a la pérdida y también a la celebración de lo compartido, de lo que nos dio la persona que ya no está, de lo que pudimos descubrir gracias a ella. Las semillas que otras personas siembran en nuestro interior son motivo de celebración, porque esas semillas han dado sus frutos, que están vivos y nos acompañan hasta que seamos cada unx de nosotrxs lxs que digamos adiós a la vida. Ojalá este proyecto nos ayude a rescatar un encuentro con la muerte más reconciliador.
Y así como apreciamos las semillas de quienes nos acompañaron en vida, de igual manera, tu creatividad es una semilla cuyo potencial no puedes valorar, ni enjuiciar porque te es absolutamente desconocido. Lo cuenta Alejandro Jodorowsky en esta fábula. La creatividad merece la pena porque te pone en contacto con el deseo, y éste es el mejor motor en la vida. Y además puede ser la semilla de un gran árbol que sembrar en otra persona.Así que permítete el encuentro con tu creatividad, no buscándola en Marte sino encontrándote con tu propix «marcianx», únicx, irrepetible y genuinx, ese que reside en tu hogar interior, quién sabe si en la puerta del baño ;-).
Coda
Y una coda para la entrada sobre creatividad: el ‘Perfect day‘ de Lou Reed, que ha muerto este domingo, y quien corona el tema con un «recogerás lo que siembres».
Fotografía principal de Jason
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